El Eneatipo Tres prioriza, por ser emocional, la capacidad de sentir a la capacidad de hacer o de pensar. Este sentir se refleja en la obtención de su propio valor a través de la mirada del otro. Esta valoración externa le aporta serenidad, basada en una concepción de la realidad que refleja la valoración de los demás. Esta imagen que confecciona es el reflejo de su esencia, aquella que lo hace sentirse importante, validado y querido. Son personas con capacidad de ser sensibles, carismáticas, con mucha inteligencia emocional y con grandes dotes de entendimiento. Estos surgen de no poner su foco en su propio valor, sino en el valor que obtiene del otro. Suelen tener tendencia a falsear su propia realidad, temiendo decepcionar a los demás por no perder su valor. En realidad, refleja una carencia de sentirse válidos por lo que son y no por lo que obtienen de ellos. Como veremos, esta dependencia de la imagen tiene su lado positivo y su lado negativo. Por un lado, los lleva a ser personas a sentirse importantes a través del otro, entender lo que necesita y buscar el equilibrio. Así, pueden convertirse en personas empáticas, con cierta predisposición a compararse con los demás y encumbradas hacia el éxito. Pero viven de su propia imagen y esto puede convertirlos en esclavos de ella. A menudo, durante la infancia, se sintieron validados cuando se sentían importantes, obteniendo una gratificación a buscar en el reconocimiento del otro lo que son. Su valor queda reflejado en proyectar una imagen de acuerdo a su visión de la vida, necesitando vivir a través de lo que proyectan. Buscan en los demás lo que no son capaces de obtener por ellos mismos, confianza y seguridad.