El Eneatipo Siete presenta una aparente fuerza de apego que se manifiesta en su pasión, la Gula, que refleja la naturaleza de la Fuerza de Repulsión, una forma de crear múltiples posibilidades para evadir el dolor. El mecanismo inconsciente del Siete consiste en huir de aquello que lo hace sufrir y esta repulsión se manifiesta mediante una atracción por su mente espontánea, la cual genera miles de pensamientos caóticos y posibilidades para huir de la realidad. Por ello, son personas optimistas, con grandes dotes de captar la atención de los demás y con tendencia a ser personas extrovertidas, cautivadoras y temerarias. Son inconformistas, independientes y ciertamente rebeldes. Sienten una voluntad innata a escapar del dolor y de la frustración que les origina la realidad. Por eso, crean su propio mundo imaginativo que los lleva a plantear multitud de planes e iniciativas. Sin embargo, a veces se encuentran con la frustración de que la realidad no es como su idealización, así que comienzan de nuevo otro proceso. Así el eneatipo Siete huye del dolor de la realidad mediante una continua voluntad de probar cosas diferentes. De pequeños, sintieron que la tristeza no era buena, por lo que acabaron identificándose con una conducta alegre y optimista. Son personas con tendencia al sentido del humor, con una voluntad de cambio continua que los llevan a una gran creatividad. Sin embargo, pueden ser caóticos, evitar el compromiso y no empatizar con el dolor de los demás.