Por último, nos encontramos ante la fuerza del tercerogénito que desarrolla una fuerza de rechazo más intensa que la del primogénito y la del segundogénito. Esa fuerza repulsiva se caracteriza por una fuerte voluntad de libertad dentro de la familia. La fuerza del tercerogénito también está influenciada también por las expectativas de los padres, pero tienden a ser más caprichosos y tener un carácter más goloso, con relación a la inconsciencia del eneatipo Siete. El hecho de situarse después de la fuerza neutra del segundogénito, los coloca en una posición en la que sienten una gran intensidad negativa interior que se traduce en una actividad de probar experiencias. En igualdad de eneatipos y de subtipos, tienen más habilidad para salirse con la suya, consiguiendo que los demás no los dominen. No buscan ejercer el control sobre el núcleo familiar sino ser más libres dentro de este. El hecho de ser el siguiente al hermano neutro hace que, probablemente, no se hayan descargado sobre él muchas responsabilidades que han tenido hermanos mayores. Esto les confiere cierta sensación de libertad que buscan continuamente. No verse sometido. Quizás esta palabra defina su modo de relacionarse con los otros miembros de la familia, la voluntad de hacer lo que ellos quieren hacer. Tienen tendencia a querer salirse con la suya, aunque lo hacen de manera libre. Por ello, suelen tener más tendencia a ser independientes, manifestando una fuerza de rechazo que los lleva a necesitar continuamente nuevos planes, conductas y trabajos. Son bastante más persistentes y tenaces en sus propios planteamientos y suelen tener una manera de obtener lo que quieren de manera más intensa que los dos primeros.