Esta fuerza tiene un empuje que se refleja en un equilibrio que procede de la Fuerza de Naturalidad. Son personas con tendencia a enfocar sus relaciones en mantener una adaptación en la sociedad. Tienen un carácter menos dominante que el sexual y menos individualista que el de conservación, pues esta fuerza se sitúa en mitad de las dos fuerzas. De esta manera, no hay una voluntad tan clara de vivir a través de los ojos del otro, ni tampoco de primar la propia seguridad del individuo. Se muestran más reacios a la intensidad del Tú y del Yo, manifestando una apuesta por el Ello como forma de intercambio. Por este motivo, tienen más tendencia a volcar su acción en la sociedad, buscando un reconocimiento del grupo. No tienen una voluntad de dominio tan grande como el subtipo sexual y se sienten más salvaguardados cuando se sienten parte del grupo. Suelen proteger más su imagen social que los otros dos subtipos, ya que les gusta sentirse integrados. Tienen tendencia a participar en actividades enfocadas a la comunión con los demás como forma de relación con la realidad. Suelen ser más abiertos a comentar sus miedos y estados de ánimo, necesitando de más apoyo cuando ocurren situaciones conflictivas, ya que suelen intentar centrarse en el equilibrio del grupo antes que en el equilibrio individual. Emplear su energía en estas comunidades y suelen preferir compartir el tiempo con varias personas. Su necesidad no es vivir a través de la otra persona, sino estar equilibrados entre lo que dan y lo que reciben. Priorizan su sociabilidad antes que su aspecto humano. La mayoría de sus decisiones están basadas en la relación que establecen con varias personas y suelen dar mucha importancia a compartir para crear buenas dinámicas de grupos. En esos casos, les gusta vivir a través de lo que el grupo puede ofrecer.