Fuerza Segundogénita

La fuerza del segundogénito nace tras verse sometido inconscientemente por la actuación del primogénito. Por eso, se trata de una fuerza que no se opone al dominio del primogénito, sino que busca su propia independencia. La fuerza del segundogénito está influenciada también por las expectativas de los padres. Así, pueden aceptar o rechazar las expectativas familiares con tendencia a equilibrar el comportamiento del primero, es decir, aceptar si el primogénito las rechaza y rechazarlas si el primogénito las acepta. Pero también, todo esto depende de la relación que establezca dicha persona con los demás miembros de su familia. Comparado con la fuerza del primogénito, esta segunda fuerza trata de buscar el equilibrio entre dominar y no ser dominados. No presentan tanta tendencia a dominar a los demás, sino que su comportamiento está más determinado por su voluntad de ser independiente dentro del núcleo familiar, manteniendo un equilibrio entre la fuerza del primogénito y la del tercerogénito. Por ello, manifiestan una relación más equidistante. El hecho de estar en medio de la los coloca en una posición de adaptación y de estabilidad con ellos dos, por lo que necesitan sentirse más libre dentro de la familia. Suelen ser más neutros y manifestar una labor con más tendencia hacia el equilibrio. Sin embargo, todo esto depende de las relaciones afectivas que se hayan producido fruto de la convivencia. Refleja un patrón en condiciones de igualdad. El hecho de que un segundogénito tome los deberes o expectativas que no ha cumplido el primogénito puede llevarlos a desarrollar actitudes del primogénito en lugar de su propia fuerza.

Descubre quién eres, pero no te aferres a ninguna definición. Muta las veces que sea necesario para vivir en la totalidad de tu ser.

Claudio Naranjo