Vamos a plantear una nueva visión del Eneagrama sugiriendo un cambio en nuestra antigua percepción sobre dicha herramienta, para vislumbrar una nueva que encaja más con la filosofía de la que bebe. Esta nueva interpretación de la teoría del Eneagrama surge si la analizamos a partir de su grafo completo (K9). Esta nueva reinterpretación es fruto del análisis de todas las relaciones entre los eneatipos, de todas las conexiones posibles entre todos los vértices que reflejan las interacciones entre las diferentes fuerzas de identificación. El análisis completo de las Tres Fuerzas de la conciencia nos sugiere todas las formas de relación para poder entender la profundidad del Eneagrama. El estudio de su figura geométrica comienza en el centro del círculo, el punto de origen de las Tres Fuerzas donde surge todo, una manifestación del equilibrio por el que todas las fuerzas están integradas. Según la Ley de Tres, las fuerzas se subdividen en tríadas, con subfuerzas que representan en mayor medida a cada una de las Tres Fuerzas. Debemos saber que nuestra personalidad es fruto de la interacción e identificación con las distintas fuerzas que van apareciendo. Todos los eneatipos están representados por fuerzas que podemos sentirlas dentro de nosotros, formando identificaciones con la realidad. Si modificamos nuestra conexión con las fuerzas, podremos integrar otros patrones de comportamiento, gestionando nuestros procesos internos para incorporar las herramientas de otros eneatipos. Sentir es el trabajo ideal para desarrollar las fuerzas que no utilizamos en nuestro interior, la integración de todos los comportamientos como partes de uno mismo.