La fuerza sexual forma parte de aquellos eneatipos que manifiestan un comportamiento predominantemente atractivo en su concepción de su vida en la sociedad. Aquellos subtipos que manifiestan esta fuerza comparten un deseo de unión física, emocional y mental con las demás personas y enfocan sus deseos a la capacidad de sentir a través del otro. Esta fuerza se expresa como una intensa manera de compartirse con los demás. Integrarse en el otro es una forma de influenciar y de buscar el dominio a través de su propia esencia. El enfoque principal de la vida del subtipo es alcanzar el entendimiento completo y la armonía mediante la unión metafísica con la otra persona. Se trata de una fuerza con un carácter de seducción, por lo que estos subtipos muestran una tendencia natural a la seducción y a la conquista, que los lleva a ser personas que, consciente o inconscientemente, despiertan un gran atractivo sexual. Este pueden manifestarlo de manera explícita o implícita durante el proceso de acercamiento a la otra persona. La conquista es como un ritual, una danza, un juego que los acerca poco a poco a su objetivo. Suelen preferir la intensidad de la seducción, rodeado de este halo de atracción, pues son intensos en las distancias cortas. No les apabulla tanto la seguridad del cara a cara, manifestando una gran capacidad de mostrarse envolventes. Sin embargo, su anhelo de sentir a través de la otra persona los convierte en personas con gran contacto con las heridas emocionales de las relaciones. Estas pueden provocarles estallidos, manifestando un descontrol que muchas veces no son capaces de controlar. Las personas con este instinto sexual establecen conexión emocional fuerte con los demás y cualquier pérdida de dicha unión provoca una reacción intensa que se manifiesta con dolor. Suelen ser personas extrovertidas, espontáneas y con gran deseo de libertad, aunque con tendencia al amor. Son personas que no se preocupan tanto de las convenciones sociales, sino que ven a través de los ojos de la otra persona, pues su pasión la encuentran en el contacto con el otro. Suelen ser personas con bastante carisma, apoyados en una gran feminidad o masculinidad.